Hoy desperté agradecida con Dios, con lagrimas en los ojos, llenos de amor, llenos de Él.
Me siento mujer virtuosa, llena de vida, llena de gozo y de paz.
Cuando alzo mis ojos a los cielos, cuanto puedo sentir de aquel viento en mi piel.
Y aunque se que al estirarme no podré tocarle, lo siento en todas partes.
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