sábado, 29 de enero de 2011

Poema I


Dibújame el cielo con tus manos y guarda sus matices en ello; dibújame el viento solo con tu aliento y todos sus aromas llévalas a tiempo.

Ansía las esperanzas de un nuevo día, mira hacia arriba y clama con alegría, “Santo, santo, santo eres tu Dios todo poderoso, el que eras, el que es y el que ha de venir” – dicen todos los ángeles, porque Santificado es tu nombre y para siempre es tu misericordia.


domingo, 16 de enero de 2011

No me conoces.


No me conoces, no sabes quién soy, sabes mi nombre porque alguna vez te lo dije. Me juzgas por lo que dice la gente, no me conoces y es una lástima porque te quise. Déjate de juegos, tú tan hipócrita, que no miras lo que haces y a la primera hablas de otros. Lástima, crees que todas somos iguales, no me conoces y me duele darme cuenta de esto. Yo que fui para ti la mejor amiga vienes y me pagas de esta manera, me duele demasiado para olvidarlo tan pronto. ¿Porque eres así conmigo? ¿En qué te he fallado yo? Si he hecho todo lo que me has pedido, no me conoces...

viernes, 7 de enero de 2011

Sufro de un dolor

Sufro de un dolor,
Atraviesa mi espalda como espada afilada,
Es muy fría y despiadada.
Desprecia la alegría de mi alma,
Clama mi voz y mata.

Sufro de un dolor,
Sigue y desaparece en mis ojos,
Encontrando libertad en las lágrimas,
Adormilando mis pasos, “caminando despacio”
Y mata, mata todo cariño de mis labios.

Sufro de un dolor.
Hormiguea en mis oídos,
Y susurra que te has ido…

martes, 4 de enero de 2011

Ya no.




Me alzaba en las puntas de mis pies, buscando inconsciente entre la multitud tu rostro, con la cabeza gacha me reprimí, sabía que no estabas ahí, no para mí…
Se me escapo un alarido de tristeza, uno que resumía todo nuestro pasado y mi amor, se me olvidaba que ya no amabas, no a mí…
Mire mis zapatillas gastadas de tanto caminar, buscándote bajo mi inocencia que me dejo aquí, en donde estoy ahora, sabía que no… ya no me buscabas, que nunca me buscaste a mí.
Y había alguien a tu lado...  Ella no era yo, ya no.

lunes, 3 de enero de 2011

Una taza de chocolate caliente.



Una taza de chocolate caliente sirve para apartar de mi cuerpo la fría sombra de la muerte.
Agudo olor a flores frescas.
Un campo de batalla marca con delicadeza el rastro de las lágrimas.
Dejo fluir el aroma de los muertos.
Danzan a través de las sombras, a través de la mirada de una doña.
Con suerte podrás encontrar sinceridad en los labios del pesar.
Siento el aliento descansar.
Un sueño que es dueño de lo ajeno.
Que no deja de robar y de probar lo dejado.
Fatiga al cerrar los parpados pesados, cansado de hacerlo a un lado.
Una taza de chocolate caliente para tu cuerpo dañado.
Quien no hace daño padece de lo malo.
Perderá lo más valioso, quizás lo más amado.

Donde nace mi Inspiracion

Aquí estoy, apunto de llorar, te quiero explicar de donde nace mi inspiración, fácil... la música, el verso. Música que sale de los labios del movimiento, personas e instrumentos. Música que no sale de aquellos si no de hojas y hojas con tinta que riega mi corazón de las emociones y sentimientos mas hermosos y dolorosos tan profundos e incomprendidos que son complicados para las personas, hombres y mujeres que hacen de su vida la monotonía de la existencia.

Desde hace siglos hasta este ultimo minuto han nacido y muerto millones de versos y melodías, escritos, tocados y cantados por personas que se han liberado de aquella monotonía y entre ellos mis favoritos:

Rabindranath Tagore
Jaci Velasquez
Jesus Adrian Romero
Alex Campos
Ruben Dario
Enrique A Roble
Lilly Goodman
Luis Fonsi
Servando y Florentino
Laura Paucini
Mozart
Beethoven
Tchaikovsky
Orff
Ravel
Bach
Kari Jobe
Julissa
Marcela Gandara
Natalie Grant
Isabell Vadez
William Shakespeare
Vivaldi
David (Salmos)
Noel Schajris
Ente otros tantos millones de almas...

Dejare brillar en mis dedos, mente y corazón un cuarto de su prosa, solo un cuarto bastara para despelagarme y volar...

"Me Dijo Bajito: Amor Mío, Mírame En Los Ojos" de Rabindranath Tagore

Me dijo bajito: “Amor mío, mírame en los ojos.
“Le reñí, agria, y le dije: “Vete.” Pero no se fue.
Se vino a mí y me cogía las manos… Yo le dije: “Déjame.”
Pero no se fue.

Puso su mejilla en mi oído. Me aparté un poco,
me quedé mirándolo, y le dije: “¿No te da vergüenza?”
Y no se movió. Sus labios rozaron mi mejilla. Me estremecí,
y le dije: “¿Cómo te atreves, di?” Pero no le dio vergüenza.

Me prendió una flor en el pelo. Yo le dije: “¡Es en vano!”
Pero no cedía. Me quitó la guirnalda de mi cuello, y se fue.
Y lloro y lloro, y le pregunto a mi corazón:
“Por qué, por qué no vuelve?”



"Dentro esta tu voz" de Jaci Velasquez

domingo, 2 de enero de 2011

Quiero


Quiero oír ese palpitar, esa electricidad que roza la punta de mis dedos, traza un recorrido y me hace erizar.
Quiero oír ese palpitar, sentir ese hormigueo que comienza en mi garganta y termina haciéndome temblar.
Quiero… te quiero, hacer olvidar.