¿A qué sabe un amanecer en tus brazos?
Me imagino algo dulce y suave
entre la lengua y el paladar.
Le doy vueltas a la cabeza,
pensando si debo preguntarte,
pero no quiero espantarte.
Sé que si te toco no voy a parar,
y eso me provoca más,
más, más, más.
¿Me dejarías probar?
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